domingo, 16 de junio de 2013

Superman 2013

Hace unos mil años en la Europa medieval había, además de dientes podridos y ratas, unos personajes que eran al mismo tiempo actores, cantantes, poetas y vividores. Eran los mester de juglaria, alias juglares. Actuaban en los atrios de las iglesias, las romerías o donde se pudiera, contando historias, cantando canciones, haciendo representaciones, etc., todo con tal de entrenetener a la gente (y tener de qué vivir, claro). Aunque muchos componían sus propias obras o canciones ─cosa que se volvió cada vez más frecuente─, por lo regular se trataba de historias ya conocidas por todos: el Cantar del Mío Cid, el Cantar de los Nibelungos y otros, es decir, historias que la gente se sabía de memoria y que gustaba de escuchar. Algunos juglares entraban en detalles sobre cómo Sigfrido derrotó al dragón, otros se centraban en la apasionante historia de Brunilda. En pocas palabras: no importaba la novedad del relato, sino la forma de contarlo.

¿Por qué empiezo con esto? Porque de un tiempo para acá se ha dado en las redes sociales una costumbre muy pendeja, según la cual es casi de «mala educación» contar lo que sucede en una película (principalmente) o en un libro cuando uno ya lo la visto o leído y otro no: los llamados spoilers.

─ «Ay, no digan qué pasa hasta que lo vea».
─ «Te dejo de seguir si cuentas de qué se trata».
─ «Acuérdense de que hay veda de spoilers».

Y otras frases por el estilo.

Algo debe estar mal en alguien cuyo deseo de ver algo se arruina cuando sabe de lo que se trata. En esta época mucho del cine comercial ─por no decir que prácticamente en su totalidad─ retoma tramas de libros, rehace películas viejas, hace secuelas de éxitos hasta que éstos dejan de ser rentables, de modo que ahora no queda mas que dejarnos llevar por el relato aunque ya lo conozcamos y dejar que nos lo cuenten de otra forma. Y sobre todo: los que tienen el problema de no querer saber no tienen ningún poder ni derecho de hacer que los demás se callen. Si no quieren saber lo que ocurre en una película mejor desconéctense de internet un rato. Si se quedan se aguantan.

Habiéndome desahogado pasamos a lo que nos truje:

Mi escudo de la Casa de Zar. Cortesía del generador de glifos.

Al momento de escribir estas líneas ya vi 2 veces Man of Steel y sólo puedo decir: NO MAMES PINCHES CHINGONCÉRRIMA. No es mejor que Los Vengadores, pero sí se chinga a cualquiera de las otras de la franquicia. Y del entorno DC la superan las dos películas hechas por Richard Donner y Batman inicia (tomen esto de alguien que de por sí detesta a Batman).
Superman es EL superhéroe. Es el primero y el que más cambios ha tenido con el paso del tiempo: de inmigrante ilegal a policía del mundo, de defensor de los oprimidos a representante del amerigringuismo y finalmente ciudadano del mundo, de ser humano apenas más fuerte que el promedio a semidiós. Aunque con algunas constantes, siendo la principal un criterio moral bien definido y la valoración de la vida humana (sí, ya sé, no siempre fue así, pero acabo de decir que ha tenido muchos cambios).

Ya, me dejo de análisis piteros y me centro en lo que vi en la película y lo que conozco del personaje, basándome también en algunos comentarios del enano campochano, que es un idiota, pero le sabe a los cómics.

Primero lo que no me gustó:

─ El ritmo: es desigual. Las escenas de acción son apabullantes y lo llenan a uno de adrenalina (más si la ven en 4X), pero las escenas tranquilas llegan al punto del sopor.
─ Algunas actuaciones: Lawrence Fishburne como Perry White. White es neurótico y alebrestado tanto en sus versiones pre y postcrisis y éste resultó que tiene atole en las venas. Amy Adams como Lois Lane. Lo intentó, pero su fama y su aspecto (sí quepo, cómo no) no le dieron para hacer el personaje, mejor que siga haciendo princesas y apareciendo con los Muppets.
─ Mi objeción principal (no sé si sea la peor, pero es la que más me molesta): Jonathan Kent diciendo «maybe». Explico: casi desde el principio, es decir, de su primera aparición y en particular desde la etapa postcrisis, Jonathan Kent ha sido la brújula moral de Clark, su guía, su consejero. Clark aprendió de él que la vida humana es sagrada y que debe ser protegida a cualquier precio, incluso en algunas versiones del cómic él (Jonathan) es quien tiene la idea del traje y la identidad secreta. En esta película hay una escena en la que el autobús escolar en el que Clark y sus compañeritos viajan se cae a un río y él los saca a todos. Jonathan lo reprende por exponerse y Clark pregunta: «¿Qué debía hacer? ¿Dejarlos morir?» Aquí uno esperaría cualquier respuesta menos un «tal vez» por parte de Jonathan. Jonathan Kent no insinuaría que era preferible dejar de morir a unos niños con tal de no exponerse. Eso hasta en Smallville lo entendieron.

Lo que sí me gustó:

─ Lo primero: por fin se olvidaron del Superman de Donner, que era una chingonería, pero ya está fuera de su tiempo. No cometieron el mismo error de Bryan Singer y se decantaron por hacer una versión desde cero. No hay guiños a ninguna de las versiones anteriores (aunque sí un par de referencias a la serie Smallville) y sí varias alusiones al cómic y una a Batman.

─ Superman. Tenemos que el heredero de la Casa de El es poderoso y mucho, pero está muy lejos de ser esa figura onmipotente, casi divina y mesiánica que alguna vez fue: suda, sangra, grita, llora, le rompen el hocico. Sí, hay un par de escenas que tratan de remitir al paralelismo Supermán-Jesús, por suerte no les salieron bien. Una es ésta:

Obra cumbre de la mariconería supermanesca.
La otra es la conversación que Clark tiene con un sacerdote teniendo de fondo una imagen de Jesús en el huerto. Es fallida porque la situación de Clark es: «¿Será buena idea entregarse a Zod por el bien de la Tierra? Porque no es de fiar», la oración en el huerto es un «Padre, me van a madrear y no quiero». Clark duda, Jesús no. Además el final demuestra que para proteger a los seres humanos no nomás está la vía del autosacrificio.

Henry Cavill lo hizo muy bien, convincente, sólo por debajo de Christopher Reeve (que siempre será EL Superman) y  George Reeves (y de esto último no estoy muy seguro). Quedando así:

Y ni hablar de los de las series.
─La ambientación de Kryptón. Me recordó un poco a Geonosis cuando la batalla entre los clones y los droides. Aunque había animales vivientes, cosa que casi no se ve en los cómics, es un planeta desértico y en las últimas por la estupidez kryptoniana. Por cierto, hay 2 escenas rompemadres en este momento: la muerte de Lara (de la que no encontré imagen) y la escena en la que Jor-El se asoma al mirador:

¿Se imaginan acabar de decir que el planeta va a valer madres sólo para salir y ver esto?
─ Ya que andamos en eso: Russel Crowe hizo un Jor-El imponente. El mejor científico de Kryptón no está manco y lo demostró dándole unos madrazos al mejor militar de Kryptón. Además la escena (sí, copiada de Ironman) en la que se pone la armadura es soberbia.

─ Zod. No daba yo un peso por Michael Shannon, pero me tapó el hocico. Estratega y combatiente cuerpo a cuerpo, además de poder adaptarse a las circunstancias muy rápidamente y, a diferencia del Zod de Donner y del de los cómics, se apoya en sus subalternos, como Faora (merezco) Hu-Ul, no depende de ellos y es más que capaz de valerse por sí mismo.

─ Lo obvio: chingadazototototes al por mayor. Qué trauma debe ser para Zod que primero le partiera el hocico el papá y luego el hijo. Vuelos, madrazos, destrucción y no es confuso, se puede apreciar cada golpe.

─ Es una película sobre un origen, pero no pierde el tiempo en tanta presentación y sólo recurre a algunas retrospectivas para dar una imagen de lo que fue la infancia y la juventud de Clark.

─ La muerte de Zod a manos de Superman. Aquí muchos se pusieron bravos porque Superman prefirió tomar una vida antes de dejar que mataran a más seres humanos. Lo que no entienden es que Superman no mata... gratis. Nunca mata con saña, nunca mata a sangre fría y nunca se regodea. Y este caso no es la excepción: mata a Zod porque no ve otra forma de detenerlo (y no salgan con: «¿por qué no pensó en esto o esto?» al calor del momento la cosa cambia) y después lamenta haber tenido que hacerlo. Pero se aferran y repiten como mantra: Superman no mata. A ellos  les proporciono (y en su caso les recuerdo) unas bonitas imágenes:

1980. Superman II. Superman hace que Zod, Ursa y Non pierdan sus poderes en la Fortaleza de la Soledad y lanza a Zod por un precipicio. En la edición de Donner Superman destruye después la fortaleza con su visión de calor. En esta versión deshace esto regresando el tiempo.


1988. Superman somete a juicio a los 3 kryptonianos y los condena a una ejecución con una dosis pasada de lanza de kryptonita. El hecho retumba en su conciencia al grado de que se exilia.


1992. Pelea con Doomsday. Tiene que pelear a matar o el monstruo destruirá todo. Lo logró, pero le costó la vida.



2013. Joker mata a Lois y Superman toma venganza. Éste se cocina aparte porque es un elseworld.

Jajajajajajajaja la expresión de Batman.

También plantea involuntariamente algunas dudas filosóficas (si cada kryptoniano ya va programado, ¿Zod merece ser condenado?) y tiene un chingo de hoyos en el guión (¿cómo es que en la nave que se encuentran en el hielo está el traje de Superman?), pero bueh. Pasaron 33 años para ver una buena película del Hombre de Acero y habrá que ver si hacen secuela (espero que no, pero seguro ahí estaré si la hacen).

Queda de ustedes:

TORK. Bizcocho de Montecristo. Año 2013 EC ─ 14 EE.

PD.: Y Superman se madrea a Gokú:

Tarde

Siempre llego tarde. Y no me refiero a cuestiones de puntualidad ─que eso da para su propia entrada─, sino a que siempre empiezo las cosas ...